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Navidad en el campo

por: Merly Michelle Vega Pérez

Un gallo cantando a eso de olas 5:00 de la mañana dejándonos saber que ya está amaneciendo, acompañado del olor a un rico café que Doña Lucy de Cayey ya está colando, es que te anuncio que vivo en el campo.  Viviendo esta vida acá en la altura totalmente diferente a la ciudad, comentan que allá en donde todo está lleno de luces y vida ajetreada no hay tiempo para gozar el cantar del coquí, y tampoco gozar de  un domingo en la tarde en tiempo de Navidad, Mr. Mendoza que con cariño conocemos haciendo honor a su vocación de ser maestro, otra lección emprende recordándole a todos la dulce melodía de su guitarra, allá sentado en una hamaca, en la colindancia de Salinas y Guayama.

Ese sonido peculiar de la quebrada, del rio en la parte de atrás de la casa de Doña Lupe en el Barrio la Plena de Salinas, es inconfundible. En cada hogar ha llegado la Navidad, es víspera de Noche Buena y en cada casa un lechón en la vara para asar. No importa siempre comida va a sobrar porque acá en el campo los vecinos son hermanos y nadie sin comida se quedará.

Navidad sinónimo de amor y de unión familiar pero es que acá en el campo nunca esto faltara.  ¿Es difícil entender que nos encante el campo? Y más en Navidad.

Ya la tradicional parranda de casa en casa se ha perdido, eso comentan los de la cuidad.  Una invitación le hago, esta Navidad llegue a un pueblo hermoso del área Central de Puerto Rico.  Por allá por Cercadillo de Cayey se dan unas parrandas hermosas, coquito en mano, pasteles y arroz con dulce, es que eso somos nosotros, somos cultura. Las tradicionales misa de aguinaldo esas que nunca faltan y luego el compartir del esperado desayuno me dicen que en el pueblo de Coamo los coros no dejan de cantar mientras todos gozan en armonía

En estas líneas te digo que nuestras tradiciones están y estarán por siempre.  Desde Ramito en la altura, Danny Rivera con una mezcla en su música  de nuestras montañas al Viejo San Juan y no dejemos atrás al Jibaro mayor, nuestro Andrés Jiménez. Es que si sigo no acabo, si nuestra música autóctona está en la flor de la historia con las ricas fusiones de nuestra música puertorriqueña. Un rico lelolai de la trovadora Guayamesa Victoria Sanabria que por sus versos e improvisaciones te expresa lo contento que se vive en el campo. Luis Miranda, Toñin Romero, Nuestras Tunas y otros, gracias porque nos siguen recordando nuestras raíces estas mismas que cuido porque soy dichosa de vivir en el campo. ¡Que dicha verdad!.

Así que en el campo me quedo esta Navidad con el amanecer perfecto, con el calor de la gente nuestra, con mis canticos y las parrandas inesperadas. Es que soy de esta tierra bendita, del campo y de mi islita, el terruño de tierra el de las eternas Navidades, Puerto Rico.