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Lo tradicional y el cambio “los nuevos tiempos”

por: Merly M. Vega
Entre lo tradicional y la nueva era el amor juega un papel fundamental a la hora de cuando dos personas se quieren dar una oportunidad.  Muchos aman porque si, otros aman de verdad.
 
Vámonos a un viaje al campo, la visita del primer amor, la nena invita al joven apuesto a su casa para que lo conozcan sus padres.  El orgullo de “Don Carlos” su Hija “Verónica” la nena de la casa esa que ya cuenta con un trabajito en la ciudad para ayudar a la familia y ayudarse a sí misma pues también tiene una vida de estudio.  El padre orgulloso le dice al novio que lo mire a los ojos y le dice que en su casa es bienvenido le da horario de visita para ver a su novia. Muy tradicional esta forma que para los ojos de los que vivieron los años 70 y 80 muy normal.
 
Como mencioné, la nueva era, el modernismo y el “no me quedo atrás” nos atrapa a poder acostumbrarnos a lo nuevo aunque no estemos de acuerdo con ello.  Una vida libre, sin ataduras, ya parejas que conviven sin compromisos, ya que estar un día con una persona y al otro día no te conozco es algo normal.  ¿Qué puede estar sucediendo para que se de este efecto? ¿Los valores tendrán relevancia? 
 
Es que adoptamos lo del mundo para nosotros, el puertorriqueño es tan versátil que se nos hace fácil repetir posturas.   Entiendo que el estar con una persona y compartir en afecto mutuo es algo muy individual pero en ocasiones no somos capaces de ver el entorno, estamos tan enfocados en lo que creemos que se nos olvida de donde salimos y el respeto a quienes siempre han estado ahí, la familia.  No estamos para juzgar, pero si hoy educamos para que las cosas sean fáciles que sucederá cuando venga lo difícil y no estés tu “papa” o “mama” para salvarle el pellejo a quien no fuiste capaz de dejar volar. 
 
La comodidad de no tener responsabilidad con otros, hablando de formar un hogar y establecer prioridades es la orden del día, pensando en el momento y ya.  Cada vez son menos los matrimonios porque es fácil hoy estoy y si no me gusta no estoy.
Mencione el campo porque ahí se valorizan mucho los pequeños detalles pero sé que hay familias tradicionales en toda mi isla y aunque los valores estén en decadencia por lo que vemos a diario sé que hay esperanza en que estos predominen nuevamente. No se trata de ser perfecto se trata de aprender de cada uno de los errores que cometemos.  Si fuese así no aprenderíamos nunca que es lo bueno y lo no tan bueno.
 
Yo creo en la juventud puertorriqueña, jóvenes  que tienen balances en la vida, esa nueva ola de querer comerse el mundo en estudios, trabajos y servicio.
 
Podemos estar hablando de lo que estuvo y de lo que ya no está por horas pero no es importante hablarlo es tratar de conservarlo para que no desaparezca lo que nos identifica como persona.  Además de ser parte de la conservación de nuestros valores tenemos que ser justo con nuestra propia vida.  Vivamos hoy con fuerza sin hacerles daño a otros, vivamos hoy con cordura y tolerancia.  
 
 Podemos hacer de todo pero mantengamos los pies en la tierra.  Cuando queremos hacer las cosas bien se nota el empeño y la intención de quien tenemos al lado, abre los ojos y busca el reflejo de lo que puede ser mejor. 
 
Fuera de este escrito, un secreto contaré, para mí que prevalezca lo tradicional…